martes, 22 de noviembre de 2011

El rey sufre un golpe en el rostro por "un accidente doméstico". (O Sofia le "curra"..)



Dale caña Sofía....!!

Una nueva tormenta ensombrece la Casa Real. La investigación que acecha al yerno de SM, Iñaki Urdangarín, a causa del presunto desvío de capitales cuando presidía el Institulo Nóos, y la reciente implicación en el caso Palma Arena de Carlos García Revenga, mano derecha de las infantas y tesorero durante la época en la que se produjeron los presuntos delitos, vuelven a poner en la picota a algunos miembros del círculo íntimo del Rey Juan Carlos. Una lista de amistades peligrosas que en ocasiones ha ensombrecido la reputación del monarca.

La primera amistad del Rey que se tornó comprometida ocurrió a finales de los años setenta, poco después de haber asumido el trono. El príncipe Zourab Tchokotua, al que había conocido en el internado de Friburgo, ayudó al jefe de Estado, mediante sus contactos, a adquirir la residencia balear de Marivent. En 1978, un juez solicitaba el ingreso en prisión de este aristócrata georgiano por presunta implicación en el caso Mallorca y una estafa inmobiliaria junto a varios empresarios hosteleros. No fue su último traspié. En septiembre de 1992 se volvía a sentar en el banquillo por una acusación similar junto a su socio Oliver Mateu.

Sin embargo, puede que la amistad más mediática de Su Majestad haya sido Manuel Prado y Colón de Carvajal, autoproclamado descendiente de Cristóbal Colón. Prado, ex diplomático, se convirtió de la noche a la mañana en uno de los válidos del Rey y en su hombre de máxima confianza.

En 2004, Prado, quien vio la boda de los príncipes de Asturias desde la prisión Sevilla II, fue condenado por un delito de apropiación indebida relacionado con el grupo Torras, cuyo máximo responsable era Javier de la Rosa, miembro también del círculo del monarca. Un año más tarde era De la Rosa al que condenaban por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falsedad documental, dentro del marco de la operación Wardbase.


El clan de ‘Las Cuatro Estaciones’

Otro de los círculos íntimos del Rey ha sido el clan de Las Cuatro Estaciones, restaurante que Miguel Arias tenía en Madrid, y donde se daban cita amigos de Don Juan Carlos como Joaquín Vázquez Alonso, el constructor encargado de remodelar el Palacio de la Zarzuela, o Jaime Cardenal Pombo. Con ellos pasaba ratos de ocio, hasta que algunos fueron implicados en la trama Ibercorp.

Próximo a este círculo de amistades se encontraba Francisco Sitges, ex propietario de los astilleros Mefasa, que recibiría la adjudicación del Patrimonio del Estado y donde se construyó el Fortuna III, que posteriormente regalarían al Rey. Junto al yate de SM también se construyó el Blue Legend, de Javier de la Rosa, y el Alejandra, de Mario Conde.


Me he olvidado de Mario Conde como uno de los amigos del Rey que acabó en la cárcel.

Lo que nos cuesta la Monarquía


Los costos de la Casa Real, previstos en los Presupuestos Generales del Estado:

Año 2007: 8.289.970 euros
Año 2008: 8.663.020 euros
Año 2009: 8.896.920 euros
Año 2010: 8.896.920 euros
Año 2011: 8.434.280 euros

Total últimos cinco años: 43.181.110 euros



Los ingresos medios con los que una familia española mantiene su Casa son de 26.000 euros anuales, es decir, 130.000 euros en cinco años. Según estos datos la Casa Real recibe del Estado tanto dinero como 332 familias de ingresos medios.

El salario mínimo interprofesional en 2011 se sitúa en 640,41 euros al mes, lo que hacen 7,684,92 euros al año. La Casa Real ingresa en un año la misma cantidad que 1.158 ciudadanos que perciban el salario mínimo.

El Presidente del Gobierno cobra 78.185 euros anuales, 114 veces menos que la dotación de la Casa Real.

Estas cantidades NO INCLUYEN los gastos más cuantiosos:

- Casi seis millones de euros que figuran como “Apoyo a la gestión administrativa de la jefatura del Estado, destinados al pago de salarios de empleados de la Casa Real (más de 140 personas en plantilla).
- Mantenimiento y servicio del Palacio de la Zarzuela, mansión del Príncipe y Palacio de la Almudaina. Estos gastos corren por cuenta de Patrimonio Nacional, quien tiene un presupuesto de 140 millones de euros.
- Vehículos oficiales. El Parque Móvil del Estado se hace cargo. Presupuesto aproximado de 50 millones de euros.
- Gatos derivados de viajes de Estado, a cuenta del Ministerio de Exteriores.
Millones de españoles se están apretando el cinturón… o han tenido que venderlo al haberse quedado sin trabajo ni subsidio. Sin embargo la casta política sigue derrochando y viviendo a lo grande , con sus Falcon y sus ‘Bribón’. El presupuesto para el Rey, el jefe del Estado, asciende este año a 8,434 millones de euros. Pero, ¿es esa cantidad la única que cobran los Reyes, el Príncipe y su mujer, y las Infantas? Federico Quevedo y Daniel Forcada describen el tren de vida de la familia real y de miles de políticos en El negocio del Poder (Áltera). Reproducimos algunos párrafos de su libro. Una lectura ideal en vísperas de las elecciones al Parlamento Europeo
Se metió en el bolsillo a los españoles la noche del 23-F y, desde entonces, Don Juan Carlos I de Borbón mantiene una discreta vida privada alejada del debate mediático y de los paparazzi. Se había convertido casi en una figura intocable para los medios de comunicación. Pero las cosas parecen estar cambiando lentamente. Los que siempre han hecho la vista gorda ante los rumores de lujo y derroche que le asedian desde hace unos años recogen cada vez con más frecuencia pequeños hechos aislados que hablan de un estilo de vida cada vez más elitista. Cacerías en el extranjero rodeado de amistades peligrosas, suntuosos coches cedidos por las marcas más prestigiosas, veraneos en Mallorca a bordo del gran yate ‘Fortuna’ o una elevada asignación anual que no se congela ni en tiempos de crisis. Su figura ha dejado de ser incuestionable.

Alfonso XIII cobraba en 1922 siete millones de pesetas. Una auténtica fortuna. Así lo recogían las crónicas periodísticas de la época, que daban cuenta de los sueldos y nóminas de todos los inquilinos del Palacio de Oriente. El príncipe heredero recibía 500.000 pesetas, la Reina, 450.000, y los infantes, 150.000.

Un siglo después, en plena era de las comunicaciones y de la información en tiempo real, tal privilegio informativo ha pasado a mejor vida. Una espesa capa de secretismo cubre todo lo que tiene que ver con las cuentas de Su Majestad el Rey. Conocer el coste exacto de la monarquía es una misión casi imposible. No existen datos pormenorizados de sus gastos, solo el coste de algunas partidas presupuestarias que no cubren todos los dispendios de la más alta institución del Estado.

Es curioso, por tanto, que con el paso de un siglo a otro, la Casa Real (lo correcto es Casa del Rey) haya legitimado su papel democrático y perdido, sin embargo, transparencia en sus cuentas, que siguen siendo, según la Constitución, un secreto de Estado, uno de los grandes vacíos de nuestro sistema político.

UNA MONARQUÍA OSCURA FRENTE A LA BRITÁNICA

Es imposible conocer, por ejemplo, cuánto se gasta la Casa Real en su factura de teléfono, cuánto cobran los funcionarios que trabajan a su cargo o cuál es el coste de mantenimiento del palacio de La Zarzuela. Ni siquiera algo tan simple como cuál es la retribución del Príncipe por su papel como heredero tiene respuesta. Datos que Don Juan Carlos no está obligado a facilitar, como tampoco lo está su prima Isabel II de Inglaterra que, sin embargo, airea desde al año 2001 todas sus facturas con una sorprendente minuciosidad. En el 2007, por ejemplo, su graciosa Majestad empleó 700.000 libras en sus conocidas fiestas en el jardín de Buckingham. Otros 12´2 millones sirvieron para costear las residencias oficiales y los salarios de su personal, 5´6 millones se destinaron a sus viajes y 500.000 libras para sus compromisos oficiales.

¡¡ VIVA LA REPUBLICA !!

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