Sibilino como solo sabe serlo él, Rubalcaba, el candidato de oro pasea exuberante su discurso renovado para atrapar a los cientos de miles de desencantados con el PSOE por su giro radical a la derecha, con continuos guiños al movimiento 15-M y un barniz izquierdoso que solo los hombres de mentalidad debil, pueden llegar a creerse e ilusionarse. En cierto modo sí se puede decir que el candidato del psoísta es una figura de izquierdas, yo diría que hasta marxista, pero de Groucho, ya saben, “Estos son mis principios, pero si no os gustan, tengo otros”.
Si echamos un vistazo a sus propuestas estrella, nos encontraremos con dos propuestas que de verdad podrían ilusionar a los ciudadanos progresistas, como son el cambio de la ley electoral, y la recuperación del impuesto de patrimonio. No obstante, si tiramos de hemeroteca, recordaremos que en cuanto a la reforma de la ley electoral, en enero de este mismo año, Rubalcaba votó en contra de esta misma propuesta llevada al congreso por IU y UPyD. Lo mismo pasó con el impuesto de patrimonio, que el 14 de junio Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya pidieron su recuperación, y el propio Rubalcaba votó en su contra, argumentando que “En este momento será imposible aplicarlas debido a la crisis”, una medida, por cierto, la de eliminar el impuesto de patrimonio que fue aplicada por el PSOE sin mayor problema, en el mayor gesto de bofetada y traición al pensamiento socialista.
Así pues, que no os engañe este encantador de serpientes, Rubalcaba es la derecha del PSOE, la vieja guardia de Gonzalez, Jacobino y nacionalista de Estado, por mucho que se ponga el disfraz de izquierda, Rubalcaba será más de lo mismo, neoliberalismo en su máxima esencia, Rubalcaba será sinónimo de rescatar bancos con dinero público, privatizaciones, recortes sociales y mucho más como lacayo de los poderes financieros que manejan esta mal llamada democracia, no seais cándidos, u os lamentareis, como me lamenté yo el día en que me creí lo del concordato Vaticano…
